Pasada una semana de haber terminado una prueba de 100 kilómetros en 24 horas y casi recuperado de las molestias, en la memoria no hay ni rastro de los malos momentos pasados. Sólo quedan buenos recuerdos, la sensación de cruzar la meta y el placer de haber conseguido el reto propuesto.
... y con unas ganas casi incontrolables de volver a las andadas.
2 comentarios:
Ando inmerso en mi propia maratón como bien sabes. Algunas veces, cuando me dan las altas horas de la noche y empiezo a decaer, me vengo arriba pensando en tus gestas.
Nunca te estaré lo suficientemente agradecido por todo lo que nos estás enseñando constantemente.
Un abrazo campeón.
Alberto: yo no lo llamaría, ni mucho menos, gestas pero si a ti te sirve, por mí perfecto.
Disfruta y sé feliz.
Publicar un comentario