jueves, agosto 26, 2010

Cicloturismo por Galicia (y VI)

Efectivamente, y VI. Esta es la última entrada que escribo sobre mis vacaciones este año. Bastante he dicho ya sobre todo lo que he vivido, mucho he mostrado sobre lo que he disfrutado, demasiado he expresado sobre lo que he sentido...

Compartí en su momento el segundo momento más especial del viaje y ahora toca hacerlo con el más especial. Hace tiempo que escribí que tan importante como disfrutar de la meta es hacerlo del camino, lo cual no quita que uno disfrute de haber conseguido llegar a la meta y ser feliz. Pues bien, el vídeo que a continuación comparto con ustedes no es más que la llegada a la Plaza del Obradoiro.



Ya lo he comentado, pero al apagar la cámara y dejar La Solitaria sólo pude sentir paz.

Y así acaba todo, no hay mucho más que pueda decir que no haya dicho ya. La próxima...

lunes, agosto 23, 2010

Cicloturismo por Galicia (V)

¡Por fin! Sí, amigos, ya tengo hecha y subida la selección fotográfica del cicloviaje a Galicia de estas vacaciones. Sé que la espera ha sido larga y que muchos de vosotros lo estabais esperando con agua de mayo, por eso os agradezco la paciencia y la compresión que me habéis demostrado.

Finalmente he conseguido seleccionar ciento sesenta y ocho de las más de setecientas fotografías que atesoro. El proceso que sigo para la selección consiste en copiar todas las fotos en una carpeta y en esa ir eliminando las que considero que no están a la altura. En este caso, he hecho eso en tres ocasiones y la tercera vuelta, creanme, fue realmente difícil escoger qué fotos dejar en el tintero porque para mí, todas y cada una de ellas son un trozo del viaje y, por lo tanto, merecen la misma atención que las que sí publico. Pero eso es para mí, para ustedes dejo las que considero que transmiten mejor lo que quiero comunicar.

Puesto que la ocasión era un tanto especial para mí, he decidido, como ya hice con las fotos del año 2009, montar un vídeo con las fotos y ponerles una banda sonora. En esta ocasión, el vídeo viene aderezado por dos temas que encontré a través del servicio online Jamendo, que permite a artistas anónimos publicar sus obras bajo licencia Creative Commons. El primer tema se llama Abriendo un nuevo camino de Yachar y el segundo se llama O Pindo del dúo instrumental PELdeNOZ. Como segundo montaje multimedia que hago espero que se note alguna mejoría (esto va por ti Mota) por muy pequeña que sea.

Y aquí está. Les dejo el vídeo con una recomendación, véanlo a pantalla completa y seleccionen en el reproductor de Youtube la máxima calidad posible (1080 HD) ya que el vídeo está subido para aprovechar los generosos 10 megapíxeles de la cámara .



Sé que después de ver el vídeo poca gente querrá dedicar más tiempo a ver fotos, sin embargo, mi obligación es, por lo menos, publicar el álbum que contiene la selección.


viernes, agosto 20, 2010

Cicloturismo por Galicia (IV)

Vale, sí, la cosa se está alargando y dejaré claro que no es a propósito. Hace casi 3 semanas que acabé la ciclomovida y todavía no he publicado las fotos. En mi defensa he de decir que la primera semana estuve descansando, la segunda ya empecé a trabajar y tuve que procesar las más de 700 fotos que tomé y esta última he estado preparando una sorpresilla que espero sacar a la luz durante el fin de semana (aunque no prometo nada).

Como compensación les voy a dejar uno de los vídeos con uno de los momentos más especiales de mi viaje, me atrevería a decir que el segundo más especial. Siempre había tenido la espinita dentro de no haber visto atardecer en Finisterre y cuando preparé las etapas hice lo posible para que una de ellas terminase en allí y además conseguí que fuera donde pudiera disfrutar de un día de descanso.

Siempre me ha gustado mucho ver atardecer y amanecer, no puedo evitarlo soy un romántico, y el hecho de ser de los últimos en la península que viene atardecer como que le da un toque especial. Diría que intenté inmortalizar el momento grabando un vídeo, pero creo que hay cosas en esta vida que si uno no experimenta en persona no puede sentir. No he querido ponerle ninguna banda sonora al vídeo así que oirán el sonido de la cámara de fotos tomando instantáneas y el ligero barullo que había a mi alrededor.

Disfruten.

domingo, agosto 15, 2010

Cicloturismo por Galicia (III)

Habrá quien piense que ya me he olvidado de que tengo un asunto pendiente con respecto al viaje que he realizado este verano. No, no me he olvidado. Estoy trabajando en la selección de las más de setecientas fotografías que tomé durante los doce días que estuve pedaleando. No es una labor fácil ya que intento dejar, como máximo, cien fotografías y muchas de las que me veo obligado a eliminar a mí me gustan pero debo sacrificarlas para incluir otras que considero mejores. Aún así me parecen muchísimas fotos ya que entiendo que no a mucha gente le gusta pasarse mucho tiempo viéndolas. Además hay quien lo ve como una tortura. Lo estoy visualizando, vas a casa de un amigo que acaba de estar en la Conchinchina que, para quien no lo sepa está en Vietnam, y te dice la famosa frase: ven siéntate que te voy a enseñar las fotos de mi viaje. A mí, sin embargo, me apasiona ver fotografías y si vienen acompañadas de historias mejor que mejor.

En cualquier caso, como adelanto, comparto con ustedes dos vídeos que gravé durante mis largos días de pedaleo. No son muy extensos pero a mí me transmiten mucha paz y tranquilidad.

Disfruten:


viernes, agosto 13, 2010

Frases LV

Durante las vacaciones tuve ocasión de rebuscar entre las cajas en las que guardo gran cantidad de recuerdos, cosas sin ningún tipo de valor económico pero con un gran valor sentimental. En una de esas cajas encontré un papel que dictaba:
El éxito se obtiene cuando se consigue lo que se desea, mientras que la felicidad es apreciar lo que se ha conseguido.
Paulo Coelho (escritor)

lunes, agosto 09, 2010

Cicloturismo por Galicia (II)

En la entrada anterior me he limitado a hablar de la parte más técnica del cicloturismo. En esta quiero hablar de la parte más sensitiva y emocional. Además, como extra a ser uno su propio vehículo, en mi caso viajé los 12 días solo.

Antes de emprender el viaje, salvo contadas excepciones, la opinión de mis interlocutores cuando les contaba cómo iba a pasar dos semanas de mis vacaciones era del estilo: "estás loco", "tú no estás bien de la cabeza", "¿por qué?", "¿solo?". Entiendo que para mucha gente las vacaciones sean días en los que descansar, simplemente no hacer nada especial o hacer turismo como lo era para mí, sin embargo, este año el cuerpo y la mente me pedían algo diferente. A las dos primeras afirmaciones, desde luego que hace tiempo que me di cuenta que mi cabeza trabaja de otra forma y es algo que me alegra saber.

La pregunta de por qué es más difícil de afrontar. Realmente no hay una gran razón que pueda dar. Simplemente era lo que me pedían cuerpo y mente. A la cuarta pregunta, ¿solo?. Sí, efectivamente, solo. La única compañía de mí mismo, mis ganas de ir hacia delante y, como no, La Solitaria. Cierto es que en cualquier viaje uno nunca va solo del todo. Siempre lleva consigo a sus seres queridos, de una forma emocional, y se lleva a si mismo. De nuevo la dichosa pregunta ¿por qué solo? Fácil, porque era lo que mi cuerpo y mente me pedían. Como dice el amigo Feliun: a veces hay que dejarse llevar por las señales y hacer lo que nos ordenan. En mi caso, hice eso mismo: seguir las señales y hacerlo.

"¡Qué triste! Dos semanas solo simplemente pedaleando" habrá quien piense. Cierto, para esa persona puede ser triste, todas las opiniones son respetadas aquí, sin embargo, no he estado dos semanas solo simplemente pedaleando. Durante mi viaje he hecho muchas más cosas, he superado todos los retos físicos que me he propuesto, doce retos en concreto, uno cada día que, a las 7 de la mañana me montaba sobre el sillín y empezaba a pedalear. En todo el tiempo que he pasado pedaleando he estado luchando de forma constante contra mi cuerpo, quien en muchas ocasiones cree que puede hacerte abandonar. Mientras pedaleaba, disfrutaba del paisaje que tenía a mi alrededor como no se puede disfrutar en coche. Sobre La Solitaria he dedicado tiempo a pensar.

Antes de empezar tenía un conflicto de sentimientos en mi interior. A la vez me sentía un poco asustado y enormemente emocionado por la aventura que iba a emprender, pero en cuanto monté en La Solitaria el primer día, a eso de las 7 de la mañana, supe que todo iba a ir bien. Lo supe porque ahora sé que si quiero puedo.

Alguno se preguntará: ¿hubo algún momento en el que deseaste no haber emprendido el viaje? ¿Cuándo pensaste: lo dejo, me vuelvo a casa? Sí, es cierto, cada mañana al levantarme pensaba: ¿qué necesidad tengo yo de levantarme a las 6 de la mañana, desayunar y pasarme 10 horas sobre una bicicleta? He aprendido que recién levantado soy muy poco emprendedor pero el saberlo hace que haya aprendido a combatirlo. Cuando te levantas, si pones un pie delante del otro el resto del cuerpo te sigue y vas hacia delante, simple. Sobre si de verdad ha pensado algún momento en dejarlo y volver a casa, no, nunca lo he pensado. Después de superar la pereza de recién levantado ya tenía una meta que alcanzar y no me podía permitir el lujo de dudar, tenía que alcanzarla como fuese. Puede sonar pretencioso pero en esos casos el abandono no es una opción posible siempre y cuando no esté en peligro mi integridad física o psicológica.

La cosa va de preguntas, ¿volvería a hacer el viaje? Aquí es donde sí tengo que matizar. No lo volvería hacer, al menos no en los mismos términos, por una razón, porque de hacerlo este viaje se convertiría en uno más y dejaría de ser especial. Ayer comentaba con mi hermana que en los peores momentos, momentos en los que realmente estás mal, piensas que durante un tiempo te vas a quedar quietecito sin volver a forzarte a hacer esfuerzos que realmente no necesitas. A toro pasado todo ese sufrimiento se olvida y, en la memoria, queda como una simple anécdota. Si la pregunta va más por si volvería a hacer cicloturismo, la respuesta es rotúndamente sí, aunque pasará algún tiempo. El sentimiento de paz y tranquilidad que sentí en la Plaza del Obradoiro, donde terminó mi viaje, es algo que uno no puede experimentar una sola vez. Me quedé una hora al lado de La Solitaria simplemente disfrutando de haber llegado, intentando disfrutar del fin tanto como lo había hecho del camino.

Para un corto y medio plazo ya tengo algún que otro reto personal deportivo, pero eso es algo que contar en otro instante. De momento les emplazo a que se pasen por aquí próximamente para que vean las fotos y, quizá, algún vídeo que compartiré con ustedes.

sábado, agosto 07, 2010

Cicloturismo por Galicia (I)

¡¡¡He vuelto!!! Y he vuelto además habiendo cumplido con la planificación que había realizado para el viaje en bicicleta por toda Galicia. Finalmente han sido 1181 kilómetros en 71 horas durante 12 días. Todo ha ido bien, sin grandes percances, pero desde luego tengo mucho que aprender en lo que respecta a cicloturismo. Tan bien ha ido que, a pesar de que tenía planificados 13 días más uno de colchón, he terminado con un día de antelación.

De entrada comentaré en qué cosas he acertado y en qué cosas me he equivocado, de esta forma todos podremos aprender.

Los errores que he cometido durante el viaje:
  • Peso excesivo en las alforjas: cuando se trata de ser uno mismo su propio vehículo todo esfuerzo que se haga en reducir el peso que se debe transportar es poco. En las primeras etapas el peso puede no parecer mucho, sin embargo, a medida que pasan los días, el cansancio se acumula y los músculos no responden igual ante el esfuerzo. El peso de las alforjas es un aliado cuando se trata de descender por carretera, sin embargo, puede no serlo tanto en ascensos o pistas de tierra y carreteras mal asfaltadas. Cuando se va subiendo, el peso de las alforjas tira de la bicicleta hacia atrás lo que provoca que haya que pedalear con más fuerza. Un buen aliado en estos casos es reducir el desarrollo, bien cambiando a un plato más pequeño bien cambiando a piñones más grandes.
  • Etapas sobredimensionadas: aunque sepamos que podemos pedalear 100 kilómetros, es mejor planificar un porcentaje que ronde el 85-90%. Si se tiene la misma tendencia que yo a explorar caminos o rutas alternativas a las planificadas, se corre el riesgo de tener que caminar sobre nuestros pasos lo que suma kilómetros y cansancio al cuerpo. Además hay que preveer que, aunque todo el camino esté planificado, uno puede perderse.
  • Colchoneta para el saco: si se tiene pensado dormir en camping o a la intemperie la colchoneta puede ayudarnos a sentirnos cómodos a la hora de dormir. Dormir bien es crucial para que el cuerpo se recupere del esfuerzo que al día siguiente se va a realizar. Yo pensé que no sería tan grave no llevarla, a pesar de que la tenía, y alguna noche pagué las consecuencias. También se debe pensar en la colchoneta como aislante del saco. En mi caso he tenido mucha suerte y sólo un día llovió unas gotas, escaso para lo que podría haber sido tratándose de Galicia, pero en caso de lluvia intensa tirar el saco sobre el suelo de la tienda con el suelo mojado puede ser una experiencia que no me gustaría probar. En este sentido, he de decir que el ingenio se agudiza. Ese día que llovió, que coincidió que dormí en camping usé mi chuvasquero como aislante.
  • No cenar copiosamente: algún día obvié una cena abundante y al día siguiente sufrí las consecuencias. La cena debe ser la principal comida del día ya que nos proporcionará las reservar que al día siguiente el cuerpo necesitará. Soy partidario de hacer un desayuno fuerte pero no excesivo ya que una digestión pesada puede hacernos el inicio de la etapa pesado. De la misma forma la comida debe ser ligera para no obligar al cuerpo a realizar el esfuerzo de digerir grandes cantidades de comida.
  • Cuernos para la bicicleta: en mi bicicleta no tengo puestos cuernos, por ninguna razón en especial, sin embargo, cambiar de postura de vez en cuando, da cierto descanso a ciertas partes del cuerpo. En el caso de los cuernos disponer de ellos permite darle un respiro a las muñecas y a las palmas de las manos, ya que la posición de las manos sobre los manguitos y sobre los cuernos es diferente. En mi caso he utilizado la misma bicicleta que uso normalmente y no una específica de cicloturismo.
No sólo he cometido errores, ha habido cosas en las que he acertado:
  • Funda de gel para el sillín: la comodidad cuando uno se va a pasar casi ocho horas diarias sobre la bicicleta es crucial. Todo aquello que facilite el sentirnos cómodos es bienvenido. En mi caso, a pesar de estar acostumbrado al sillín de La Solitaria, me ha supuesto un extra de comodidad el incorporar una funda de gel. Habrá quien esté pensando: los ciclistas se pasan horas y horas sobre la bicicleta y no necesitan fundas de gel. Totalmente de acuerdo. De todas formas lo ciclistas se pasan horas y horas sobre el sillín todos los días y se han acostumbrado a la "incomodidad" del mismo. Probablemente un ciclista sentado 9 horas delante de un ordenador no se sienta tan cómodo.
  • Descansar durante las etapas: puede parecer obvio pero, al igual que es importante descansar por la noche, es tan importante o más saber parar a tiempo durante las etapas. Es recomendable planificar las paradas antes de salir en función del estado en el que uno se encuentra y el perfil de la etapa. También es importante no esperar a estar cansado o a tener una pájara para descansar. Conocerse a uno mismo y saber qué reacciones tiene el cuerpo ante ciertos esfuerzos puede ser útil a la hora de saber cuándo parar. A modo de anécdota contaré que durante una etapa con un puerto de 18 kilómetros, detecté que las piernas empezaban a no hacer fuerza suficiente para afrontar la subida. Rápidamente paré, comí algo dulce, descansé y continué. Achaco este intento de pájara a que la noche anterior no había cenado suficiente.
  • Llevar comida encima: al hilo de lo anterior es importante ir reponiendo energías a medida que va transcurriendo la etapa. En mi caso, en cada descanso reponía energías a base de barritas de cereales con chocolate o crema de yogur, frutos secos (almendras, avellanas, nueces, etc.) y frutas secas (higos, dátiles, fresas, etc.). Todas estas cosas ocupan poco espacio y no suman un peso excesivo. Además, si se está pedaleando por zonas pobladas no es difícil encontrar alguna tienda o supermercado donde ir reponiendo lo que se va consumiendo. Un detalle: evitaría los frutos secos fritos y con exceso de sal ya que ésto provocaría mucha sed y la consecuente necesidad de beber agua.
  • Llevar agua suficiente: si vamos a pedalear en épocas del año calurosas, como era mi caso, es importante ir provisto de reservas de agua suficientes para afrontar la pédida de líquidos que se produce al sudar. En mi caso instalé un portabotes extra en La Solitaria para llevar otro bidón. Incluso algún día llevaba en las alforjas una botella extra de agua para no quedarme sin agua. Además aprovechaba cualquier oportunidad para rellenar los bidones. En etapas como la que hice de Vigo a Ourense, que se encontraba en alerta naranja por las temperaturas, o de Ourense a Santiago, beber de forma continua fue muy importante. En mi caso, la forma de beber el agua también es importante ya que he detectado que beber de forma continua y a tragos pequeños me mantiene menos sediento que si espero a estar realmente sediento y dar un trago largo. Además, y como ya digo ese algo que me ocurre a mí, en ocasiones que el agua no esté excesivamente fría es un aliado a la hora de saciar mi sed. He notado que en ocasiones beber agua muy fría cuando tengo sed me provoca sensación de más sed.
  • Móvil con GPS y conexión a internet: en mi caso llevaba la conexión a internet del móvil desconectada para ahorrar batería. En algún momento de "desesperación" en que no sabía por dónde tenía que ir me fue de gran ayuda disponer del móvil con GPS y conexión a internet. En este sentido, me fue de gran utilidad para salir de Vigo e ir a O Porriño. Aunque este recurso lo he utilizado en alguna ocasión, para saber por dónde ir no hay mejor método que el: disculpe, ¿cómo hago para llegar a...? Aunque no siempre uno se cruza con gente...
  • Hacer una revisión profunda de La Solitaria: antes de salir pasé por la tienda La Bicicletería, la tienda donde habitualmente compro el material para la bicicleta, y le hice una revisión profunda. En esa revisión surgió que sería recomendable cambiar todo el sistema de transmisión (cadena, platos y casette de piñones) y así lo hice. Todo un acierto porque cambió radicalmente la fluidez de pedaleo.
La próxima vez llevaré:
  • Un botecillo de detergente líquido: cuando se viaja con el equipaje justo y además se está realizando deporte lavar la ropa es una necesidad y disponer de un poco de detergente líquido para lavar a mano hace más agradable ponerse la ropa fresca y limpia cada mañana.
La próxima vez no llevaré:
  • Tanta ropa de calle: en mi caso llevaba dos tipos de atos: el específico para pedalear y la ropa casual para vestir cuando aparcaba la bicicleta. En el caso de la ropa técnica, culotes, maillots y calcetines, no es un problema hacer algún exceso ya que es ropa que, por sus características y su propósito, suele ser ligera. Cuando de la ropa del día a día se trata se nota que no están pensadas para reducir el peso porque de lo que llevaba en las alforjas era lo que más pesaba en relación con su volumen. En este sentido he de decir que apenas llevaba un par de pantalones cortos y otras tantas camisetas de manga corta.
  • La cámara reflex: es maravilloso compatibilizar algo tan bonito como es el cicloturismo con la fotografía, sin embargo, una cámara reflex es demasiado grande como para llevarla a mano en el bolso del manillar. Esto provoca que tenga que ir guardada en las alforjas y que para sacar una fotografía haya que parar, bajarse de la bicicleta y sacarla de la alforja y cuando se ha terminado con ella hacer el proceso inverso. Por mucho que me guste la fotografía todo esto es un tedio que debería evitarse. He de decir que también llevaba una cámara compacta corriente y moliente que utilicé mayormente para grabar vídeos, sin embargo, la calidad de las fotografías de esta no es, ni de cerca, como la de la cámara reflex. Para este tipo de propósitos veo muy útil una cámara micro cuatro tercios. No me arrepiento de haberla llevado después de ver las fotos (próximamente las publicaré).
Hay una cosa que no sabría donde colocar ya que, aunque es bonito hacerlo, tiene sus riesgos. Se trata de improvisar. Durante las etapas es bonito, en un momento dado, no seguir el camino marcado y aventurarse a explorar lugares que no teníamos marcados en la ruta. Esto le añade un punto de incertidumbre que lo hace especialmente atractivo pero se corre el riesgo de perderse y tener que desandar el camino. Se puede hacer pero, como todo, hay que hacerlo con cabeza, teniendo presente el camino que se debe recorrer ese día y, sobre todo, cuánto falta por recorrer. En cualquier caso, no me arrepiento en absoluto de ninguna de las improvisaciones que hice durante el viaje y, creanme, no fueron pocas.

Como en todo, en el cicloturismo, se aprende de los errores y aciertos propios y de los demás. Existen páginas dedicadas en exclusiva a esta forma de conocer el mundo sobre dos ruedas. Soy asiduo de dos: Rodadas y No sin mi bici. En ellas se puede aprender mucho sobre qué hacer y qué no hacer, cómo planificar un viaje, qué ventajas tienen unos sacos sobre otros, cómo cargar las alforjas y un sin fin de detalles que novatos como yo pasaríamos por alto de no haberlo leído en alguien más ducho en la materia.
 
En breve publicaré una nueva entrada con mis impresiones personales sobre elviaje.