martes, abril 08, 2008

Siempre realista

¿Qué haces ahí tirado? No ha sido para tanto. Quedándote ahí no vas a conseguir que las cosas se arreglen. La vida es así. A veces se ríe. A veces se llora. Hoy te ha tocado llorar. Pero tranquilo algún día te tocará reir. Nadie dijo que la vivir fuera fácil. Nadie dijo que el mundo fuera de color rosa. De hecho la vida es una auténtica mierda. Estás arriba en la cresta de la ola, viendo como tu tabla navega rompiendo las corrientes de agua, y de repente las corrientes te hunden bajo el agua. Te hunde y casi te ahoga, pero al final sacas la cabeza para respirar. Nunca chove que non escampe. Pero ya conoces la sensación de estar hundido, conoces la ansiedad que provoca no poder sacar la cabeza a respirar. El miedo se apodera de tu vida. Vives con la sensación de que la ola que te hunda puede volver y la soga te aprieta el cuello. El mundo hiede. Pero, eh, lo peor que te puede pasar es la muerte. De ahí en adelante todo es beneficio. Tener cinco años no es excusa. Así que sécate las lágrimas, levántate del suelo, coge tu bicicleta y vuelve a montar. ¡Demonios!

5 comentarios:

estrella dijo...

Jajaja, muy bueno. Lo cierto es que me resulta familiar... ¿lo has sacado de algún sitio? ¿o sólo se parece?

Alberto Fernández dijo...

Me recuerda una historia muy personal, tan personal que de hecho el protagonista soy yo. Cuando aprendí a montar en bicileta, me puesieron esas ruedecitas atrás para evitar que uno se caiga; pues bien, yo ni corto ni perezoso dije que no, que únicamente me montaba en la bici si me quitaban esas ruedas de atrás que no me gustaban nada. Evidentemente, me comí el suelo con todas sus piedras y arenas, claro, es susto entre mis padres fué enorme y se pusieron a correr hacia mí. Aún hoy en día mi padre me lo dices muchas veces: "Tenías que haberte visto, llorando como un mocoso, pero eso si, limpiándote la ropa y cogiendo la bicicleta de nuevo para volver a montarte, y vaya si volviste a montarte, para pegarte otra cinco pasos más adelante...." Claro que esta segunda vez, mi madre me quitó la bicicleta, amor de madre ya se sabe.

Un saludo desde Madrid.

P.D.: Al final aprendí a montar en bicicleta.

Unknown dijo...

estrella: pues lo cierto es que no lo he sacado de ninguna parte. Si sé que ha salido de mi cabeza pero no puedo decir en qué situación se me ocurrió. En cualquier caso supongo que es una situación posible y fácilmente recurrente.

Alberto: cuando tenga hijos no les pondré jamás las ruedacillas de atrás. Creo que las ruedecitos sólo crean una absurda necesidad que luego cuesta eliminar. La solución se convierte en problema.

Besos y gracias por vuestro tiempo.

Anónimo dijo...

O el niño se hizo ciclista... ¡o se traumatizó para toda su vida! Pensaría... ¿que me esta contando este?

Muy ingenioso, me ha gustado. Espero recobrar algún dia mi inspiración que me das envidia.

Besotes ;)

Unknown dijo...

bruja: para ese niño el mundo sólo puede mejorar. Seguro que el niño se secó las lágrimas, cogió la bicicleta, se montó en ella y siguió disfrutando de su paseo.

Besos y gracias por tu tiempo.