martes, febrero 28, 2006

El camino de regreso...

No hay duda, el viaje ha sido estupendo. Desde el lunes día 20 de febrero hasta el día 28 del mismo mes (hace unas horas) he estado de visita por dos grandes ciudades europeas: Viena y Praga. Ambas nos han acogido de buena gana y es que Europa is different.

Todos los que íbamos en el viaje nos sorprendimos cuando en una calle muy transitada no se oían pitos e insultos por el trajín del tráfico urbano. Incluso más nos sorprendió que en un cruce en el que estábamos cruzando de forma incorrecta, cuando en Madrid hubieran acelerado, pitado e insultado, en Viena el coche paró y nos dio paso. Sí amigos, la educación y el civismo existen más allá de las fronteras españolas.

Cosas como esas o cosas como que un extraño vienés te pregunte a dónde quieres ir o que una chilena te cuente la historia de los españoles en la República Checa sin haberlo preguntado sólo ocurren fuera de España. Esto te hace reflexionar y yo, que le doy muchas vueltas a este tipo de simplezas, me he dado cuenta de que lo que es diferente es España. Hablamos alto, gritamos, insultamos, aceleramos cuando un semáforo parece que se va a cerrar, nos reímos de los extranjeros cuando están perdidos. Nosotros sí que somos diferentes.

De momento, me quedo con España, pero no descarto la posibilidad de hacer del extranjero mi lugar de residencia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En primer lugar, mi enhorabuena por haber podido disfrutar de ese viaje ;) En cuanto a lo que aquí relatas, me resulta muy familiar, por haberlo oído en varias ocasiones en labios de otros españoles que han viajado a algún punto de Europa, concretamente a los países del Norte. Dejo constancia de que yo, os creo. Pero entonces llegan mis dudas.
Vivo en el barrio turístico por excelencia de Barcelona, el Gótico, con lo cual, te puedes imaginar que los turistas, ya forman parte del paisaje natural del barrio, y durante todo el año.
A diario veo actitudes incívicas por una gran parte de estos turistas que se mueven por el centro de Barcelona, como tirar los restos de todo aquello que comen al suelo, latas de cerveza, cristal, bolsas de plástico, etc. Hacer sus necesidades en plena calle, ir borrachos de ocaso a zenit sin interrupción, etc. Por supuesto que no son todos, pero me juego el cuello, que estos mismos que nos tratan como al "basurero" de Europa, se guardarían muy mucho de ejecutar estas mismas acciones en su país, porque si así lo hicieran, imagino que algunos de los que habéis viajado hubiérais tenido al menos una ocasión para poder comprobarlo.
Entonces... ¿que es lo que ocurre?
¿están esperando esas vacaciones, que más que vacaciones parecen la ocasión idónea para sacar a flote sus verdaderos instintos, y hacer en 15 días lo que van a tener prohibido durante el resto del año?
¿lo hacen porque en este país, las fuerzas del orden atienden solo a lo que interesa, o se considera una amenaza social permanente y no transitoria?
Por otra parte, jamás se me ha ocurrido reirme de ningún turista perdido, es más, cuando me han preguntado, no tan solo les he indicado si no que en muchas ocasiones les he acompañado al lugar, siempre que la distancia y el tiempo me lo hayan permitido. La última vez fué el lunes, al museo Picasso en la calle Montcada, a una pareja de alemanes.
Como te digo, yo no he viajado y no puedo hablar con conocimiento de causa, pero me llama la atención que los que si lo habéis hecho, coincidáis todos al dar el mismo testimonio, por eso me intriga tanto el cambio de actitud cuando se traspasan algunas fronteras.
¿Algún voluntario para aclarármelo? :P

Un besote, Oso.

Sol

Anónimo dijo...

Antes de meterme en materia, agradecerte la observación Solvvinge.

En cuanto a los turistas en España comentarte que si bien lo que dices es totalmente cierto no lo es en toda España.

El asunto es que en Canarias también pasa lo que tú comentas y cada vez más porque los canarios sólo ven dinero a cualquier precio por muy malo que sea el turismo (llámese vuelos por cien euros un fin de semana para ir de fiesta, "contrabando de tabaco" y ahora "contrabando de alcohol").

Sin embargo, Santiago de Compostela que también se puede considerar una ciudad turística no ocurre esto. Quizá sea el calorcito de ciudades como Barcelona o Tenerife atraen a la gente del norte de Europa que se desmelenan.

Yo puedo ir con la cabeza bien alta porque nos hemos portado bastante bien tanto en la calle como en los hoteles en los que hemos estado (y eso que había uno que parecía de la época en la que el comunismo gobernaba el mundo).

Saludos.