jueves, diciembre 29, 2005

Famosa ley antitabaco

Parece ser que a partir del 1 de enero los fumadores empedernidos lo van a tener más difícil para echarse un fiti. Veamos, distinguiré dos vertientes de la ley, para mi bastante diferenciadas.

La primera de ellas afecta a la prohibición en el lugar de trabajo. Dentro de esta también haré diferencia entre la empresa pública y la empresa privada. Me parece estupendo que se prohiba fumar en todos los espacios públicos cerrados ya que esos espacios están financiados con los impuestos de todos los contribuyentes, fumadores y no fumadores. Que yo vaya a, por ejemplo, una comisaría de policía a renovar el DNI es una imposición del estado y no tengo por qué aguantar el tabajo del funcionari@ o del ciudadano que esté esperando la cola.
En segundo lugar la prohibición de fumar en una empresa privada me parece una privación de libertades. Una empresa privada se autofinancia y los locales que alquila o compra son propiedad de dicha empresa, por lo tanto, opino que cada empresa debería ser libre de prohibir o no el fumar en los lugares de trabajo. Consideero que debería ser más una política de empresa que una imposición legal.

La otra vertiente tiene que ver con la hostelería. Creo que un bar, por poner un ejemplo, es un lugar de reunión social y el tabaco forma parte de la sociedad. Cada uno es libre de hacer con su cuerpo lo que quiera, si se quiere matar fumando pues chapeau por él. Habrá quién está diciendo: claro pero es que yo no soy fumador y no tengo que aguantar el humo de un fumador. Vale pues si no quieres aguantar el humo de un fumador no entres en un bar. Voy más allá, aquel que piense: es que no voy a poder ir a tomarme un café a una cafetería. Sí podrás pero si hay un fumador te tienes que aguantar. Sigo pensando por los fumadores: si voy a una parada de autobús a la que he llegado el primero y me siento y de repente a parece un viajero con un cigarro y se sienta a mi lado, ¿por qué tengo que aguantar su humo? Pues veamos lo tienes que aguantar porque una parada de autobús es un lugar al aire libre. Vuelvo a pensar por otros: pues el que lo haga es un maleducado. Sí lo es.
En mi opinión si lo que se quiere es que no se fume en España que declaren el tabaco como sustancia perniciosa y adictiva y, por lo tanto, ilegal. Ahora me pongo en el lugar de los fumadores. Es que yo no puedo dejar de fumar porque soy un adicto. Lo siento por tí no hubieras empezado. Yo he sido fumador, afortunadamente no empedernido, y ahora me considero fumador por placer: fumo porque me gusta no por necesidad y si me apetece fumarme un cigarro un día que salgo de fiesta mientras me tomo una copa pues ahí que me lo fumo, donde esté, sea una discoteca, un bar de ambiente o una cafetería italiana.

En mi opinión esta ley está privando de ciertas libertades al individuo, que encajaría muy bien en una etapa pasada que mejor no rememorar, y por lo tanto la considero excesiva. ¿Qué será lo siguiente? Se me ocurre: la LACA (Ley Anti-Contaminación Acústica).

Art. 1 Queda terminantemente prohibido emitir o producir cualquier sonido que se encuentre por encima de los 75dB (medidos con el decibeliómetro que los agentes de la ley del estado) en cualquier lugar público cerrado y por encima de los 90dB en lugares cerrados de menos de 100 metros cuadrados.
Art. 1.1 Se considerará emisión o producción de sonido a la articulación de sonido con cualquier artificio material o corporal (la voz se engloba en este último tipo).
Art. 2 Por decreto ley queda terminantemente prohibido la emisión de música y reproducción de vídeo con sonido en lugares cerrados por encima de los 75dB.

Vamos que me veo en una discoteca bebiendo Pisha-cola sin gas (se ha demostrado que los líquidos carbonatados son perjudiciales para la salud estomacal y que provoca erucciones que exceden el límite establecido por la LACA en al menos 5dB), sin alcohol (grandes cantidades provocaba problemas de hígado y que, por ende, los borrachos gritaban hasta 25dB por encima del límite establecido por la LACA), sin bailar (se ha demostrado que el acto de bailar provoca euforia que en muchas ocasiones se exteriorizaba emitiendo voces hasta 50dB por encima del límite establecido por la LACA)...

Lo que hace falta no son más leyes que al final no se aplican por el miedo a ser tachado de facha. Hacer cumplir la ley no es ser fascista simplemente estricto. Lo que hace falta es un poco más de civismo, sobre todo por parte de los fumadores. Si voy a una parada de autobús en la que hay gente esperando y me apetece fumarme un cigarro me aparteré allí donde no moleste a nadie. Que quién hace eso, pues el que aquí teclea. De hecho, hasta he apagado un cigarro que ya tenía encendido cuando un hombre y su nieta se sentaron a mi lado en una estación de autobús.

Seamos cívicos. Es lo que hace falta.

Aclaraciones

Hola a todos de nuevo. Sí amigos, ayer fue 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes. Yo me sumé a la tradición de gastar bromas en tal fecha. El anterior mensaje que dictaba que mi próximo viaje a Galicia era sólo de ida y no de vuelta formaba parte de una pequeña broma que me he permitido gastar a todos aquellos que me leeis (aprovecho para agradeceros vuestro tiempo).

Como muchos ya acertaron cinco segundos después de leer el mensaje mi viaje a Galicia es temporal y estaré de vuelta en la capital tras las vacaciones. Sí amigos, los que estabais en Madrid podéis cancelar la fiesta celebración de mi marcha y los que estéis en Galicia podéis salir de vuestros escondites, al menos podréis salir cuando vuelva a Madrid.

Siento si a alguno/a (en concreto alguna, ejem...) no le ha gustado la bromilla pero bueno yo soy así y así seguiré nunca cambiaré. Como penitencia ofrezco una noche de pasion y lujuria (noche prorrogable en caso de que ambas partes queden satisfechas) a toda aquella individua que lo requiera, es un sacrificio que estoy dispuesto a realizar por mis actos. Vosotros chicos simplemente os fastidiáis.

miércoles, diciembre 28, 2005

Viaje de vuelta

La vida es dura, sí. "Esto no es bambi, la vida no es de caramelo" como diría aquel. Después de mucho sopesarlo y de muchas horas sin dormir y muchos quebraderos de cabeza he decidido que mi viaje a Galicia será sólo de ida... Ha sido duro separarme de la tierra que tanto me ha dado y en la que tanto he dejado. Madrid es una gran ciudad sí, la gente es maravillosa también pero Galicia tiene un algo que te engancha en sus redes y no te deja escapar.

¿Qué hay de la carrera? Pues he estado hablando con la administración de mi antigua facultad (FIC - Facultad de Informática de A Coruña) y me han comentado que puedo hacer una matrícula extraordinaria y entrar en el segundo cuatrimestre. Terminaré mi formación en, para mi, la mejor facultad de España.

¿Por qué ahora? La respuesta es, como buen gallego, ¿por qué no? Estaré de vuelta por Madrid en las festividades ya que aquí también dejo grandes personas de las que no me gustaría distanciarme. Pero en Galicia dejé mucho y quiero recuperarlo, necesito recuperarlo.

Esto no es un adios es sólo un hasta pronto.

miércoles, diciembre 21, 2005

¡Oh, princesa! (VII)

Se despierta y todo está oscuro. Sabe que hay alguien en la habitación, nota la presencia. Aguanta la respiración y afina el oído para intentar adivinar dónde se encuentra el intruso. Está en el otro extremo de la habitación. Con extremo sigilo se levanta del colchón consiguiendo no hacer ningún ruído con el listón en la mano como arma. Oye la respiración leve de alguien. Suena tranquila.

Está pegada a la pared al lado del colchón cuando de repente se enciende la luz. En el otro extremo de la habitación se ve una persona. Zapatillas de deporte, chandal azul y chaqueta blanca. Tiene las manos pegadas al cuerpo y un pasamontañas que sólo deja ver los ojos, oscuros. Sin pensarlo un momento se lanza contra el intruso con la madera asida con las dos manos. Se acerca bruscamente y el visitante anónimo intenta esquivar el ataque pero sus pies se encuentran atados y cae al suelo. Ella le propina tal golpe que hace que caiga al suelo redondo. Parece que lo haya reducido.

La respiración se le calma una vez que el peligro ha pasado y se agacha para quitar la máscara que tapa la cara del personaje. Tras ella aparece la cara de un jóven de unos veinte años con ojos negros, pelo moreno y liso y una nariz de perfil griego. Está amordazado con celofán marrón. Comprueba que aún respira.

Con gran esfuerzo por el peso muerto que supone el cuerpo del chico lo lleva hasta la habitación del armario y lo coloca apoyado en la puerta de en frente. Se queda un rato en la puerta del armario pensativa y pasado apenas un minuto va hasta la mesa que se encuentra dada la vuelta en el suelo y la coloca en su posición. La empuja hasta que ésta se encuentra enfrente del quicio de la puerta del armario. Tapa el ancho de la puerta y un poco más de forma que sirve como obstáculo difícil de franquear para alguien con pies y manos atadas.

Recupera la pata de la silla y se vuelve a sentar en el colchón siempre mirando hacia la puerta del armario por si el inconsciente se despertara e intentase atacarla.

Podría matarlo. Si levanto la mesa por un extremo y la dejo caer sobre su cuello seguro que se parte y lo mato. ¿Por qué no? Seguro que es él quien me ha metido aquí y esto lo ha hecho para reírse más de mi. Sin embargo, si él es quién me ha metido aquí sólo él puede sacarme, por lo tanto, lo necesito vivo.

Se levanta de nuevo y se acerca a la mesa. Desde fuera observa el interior de la habitación. El cuerpo sigue en la posición en que lo dejó, la espalda algo apoyada sobre la puerta, la cabeza agachada con la barbilla pegada al pecho, una pierna estirada y la otra se que cruza por debajo de la otra. De pie, observando al individuo, se queda pensativa...


domingo, diciembre 18, 2005

El gran test de inteligencia

Esta noche es el programa este donde se demuestra que las rubias sí son tontas y que los bomberos son un grupo de élite y quizá algunos demostremos que sí somos tontos a pesar de creer todo lo contrario. Sin embargo, lo que sí me queda claro es que el que escribío el faq de la página no estaba muy lúcido cuando escribió las respuestas.
Me preocupa el resultado final. ¿Qué significa si tengo una baja puntuación?
El resultado final no es una medida exacta de tu inteligencia, los resultados están influidos por muchos factores como el estado de ánimo, el cansancio, las distracciones o el alcohol.

Claro está claro que todos nos vamos a tomar unos cubatas con los amigos y luego vamos a llegar a casa y nos vamos a poner a hacer el test de inteligencia. Yo lo haré como lo hice en la edición anterior y veré si cada vez soy más inteligente o por lo contrario los golpes en la cabeza me van haciendo más tonto. De todas formas si los resultados son buenos os lo contaré y si son malos se lo achacaré al alcohol.

Gatos, gatitos, gatos

Visiten esta página si les gustan los gatos y si no les gustan visítenla y les gustarán.

sábado, diciembre 17, 2005

¡Oh, princesa! (VI)

Busca en los armarios del baño y no encuentra con qué curarse las heridas. Recuerda que una de las puertas del armario que estaba detrás de la puerta del baño no se abría. Se va hasta el rincón donde habían quedado trozos de la silla y coge uno de los más grandes. Entra en el baño y cierra la puerta y se aleja unos metros del armario y lanza con furia el troza de silla contra el armario. El golpe revienta las dos puertas. Los frascos de perfume caen al suelo sin romperse y en el otro lado, donde estaba la puerta cerrada, encuentra todo lo que necesitaba para curarse las heridas.

Coge jabón y abre el grifo del lavabo, coloca las manos bajo el chorro de agua templada y comienza a lavarse las heridas con cuidado. El escozor es fuerte. Coge la pastilla de jabón y la pone bajo el grifo mientras la frota entre sus manos. Con las manos embadurnadas de jabón se frota las heridas hasta que éstas quedan limpias de sangre y suciedad. Ahora ya limpias las heridas parecen menos graves.

El tobillo le duele y cada vez parece más hinchado. Con las vendas que encontró después de romper el armario se hace un vendaje fuerte en el tobillo. Cojeando va hasta la habitación y coge el colchón de la cama y con gran esfuerzo debido al tamaño lo coloca contra la pared de forma que una parte queda apoyada en la pared y la otra en el suelo. Coge una pata de la silla y se sienta en el suelo encima del colchón y se recuesta sobre la parte se que encuentra contra la pared. Está cansada y dolorida.

Se queda pensativa mirando hacia la puerta con la madera en la mano derecha. A la memoria le vienen recuerdos de todo tipo. Gente que conoció en el pasado, cosas que le pasaron, acontecimientos que le gustaría tuvieran lugar, cosas que desea olvidar. Recuerda a aquel chico que conoció en el piso un día que vinieron unos amigos de su compañero de piso. Le llamaban Piraña. Minetras ella hacía la cena todos estaban en el salón hablando. Mientras cocinaba apareció por la puerta de la cocina.

- Hola, ¿puedo pasar? - dijo él.
- Sí.
- ¿Qué te estás haciendo para cenar?
- Pues ya ves, pescadito frito -sonríe.- ¿Por qué no estás con los demás?
- Estabas aquí sola y pensé en hacerte compañía.

Estuvieron charlando durante un rato mientras ella terminaba de hacerse la cena. El gesto le pareció realmente entrañable. También recuerda encontrárselo una noche de fiesta de camino a casa. Iba con una camiseta blanca firmada por mucha gente. Estaba celebrando su graduación y al verla quiso sacarse una foto con ella. Después de firmar ella también la camiseta se sacaron la foto.

En aquel momento deseaba que todo aquella terminase. Quería salir de allí y volver a su vida cotidiana. A ir a clase y a salir los fines de semana y a quedar con los amigos por las tardes. El cansancio pesaba en su cuerpo. Se durmió.

Generación del 83

Hoy navegando por la red me he encontrado una entrada de un blog que ha conseguido ponerme los pelos de punta y de paso hacerme recordar grande momentos de mi infancia. Otra más. A todos aquellos de generaciones de la 75 a la 85 os gustará.

viernes, diciembre 16, 2005

La jungla de asfalto

Larga ha sido la semana... Atrás quedan las semanas de dos días de trabajo que algunos tantos añoran pero que a mi sinceramente me descentran totalmente. Esta semana, por circunstancias, he estado durmiendo cinco (para mí) escasas horas diarias y hoy viernes por la mañana, a eso de las 8.35 de la mañana en el vagón de un tren que me llevaba al infierno de la oficina, el sueño y el cansancio hacían presencia en mi cuerpo. Las cinco horas en la oficina han pasado segundo a segundo, minuto a minuto, hora a hora, lentamente.

Al llegar a casa para comer me he planteado que sería una muy buena idea irme a patinar un par de horas. Termino de comer, miro el correo (esos emails tan queridos
de ESA persona de esa asignaturas tan adorada por todos), me calzo los patines al hombro y me voy.

Voy en metro hasta plaza Elípitica y allí me calzo los patines, ahora sí en los pies. Me habían dicho que había un carril bici de no sé cuántos kilómetros que para patinar está muy bien. Me lanzo a patinar por el susodicho carril y cuando he patinado apenas un kilómetro me encuentro con que no sigue. Mi lado aventurero me lleva a seguir hacia adelante y buscar el camino de baldosas amarillas que me llevase a ninguna parte.

A base de preguntar por el blasfemia carril de los blasfemia he ido siguiendo adelante. Todo el mundo decía: "sí hay un carril bici larguísimo, sigue de frente que lo coges allí donde está aquel edificio". He pasado por doce de las obras que el alcalde Gallardón se empeña en hacer. Una de ellas cortaba el famoso carril bici que sí exisitía pero que apenas tenía un kilómetro y desembocaba en la tienda MediaMarkt de Villaverde. Hasta entonces no sabía en qué parte de Madrid estaba, ni siquiera sabía si aún seguía en Madrid o si ya estaba fuera de la Comunidad. Cuando he llegado a la estación de trenes me he quitado los patines y me he montado en el vagón de vuelta a mi casa. La aventura había terminado.

De todo esto he aprendido una cosa, cuando estás perdido la mejor fuente de información son los viejecitos que pasean por la calle, se las saben todas y además te indican bien. Los extranjeros (llámense latinoamericanos) mienten como blasfemia y no son de fiar. También comentar que un tío se ha ofrecido a dejarme en el cruce donde empezaba el carril bici para que no me perdiera (dicho sea de paso que no tenía pinta de maricón o proxeneta), un buen hombre.

A todo esto, el recorrido completo que he hecho ha sido: de Plaza Elíptica hasta Villaverde (Cercanías Puente Alcocer). Al enanito verde pongo por testigo que jamás volveré a aventurarme de esta forma.

Nota del autor: durante el trayecto el patinador se ha caído dos escasas veces.

miércoles, diciembre 07, 2005

¡Oh, princesa! (V)

Se despierta sobresaltada. Abre los ojos pero todo está a oscuras, no puede ver nada. Se levanta de la cama y palpando se acerca a la puerta, supuestamente, de salida en busca de interruptores, sin embargo, no encuentra nada. Sigue las paredes hasta llegar a la puerta que da paso al armario y se acerca a la puerta justo a la izquierda. La abre pero la luz no se enciende. Intenta ir hasta el baño y cuando abre la puerta tampoco hay luz en el interior.

Intenta afinar la vista en dirección a la cama pero la oscuridad es absoluta. Dirigida por la mano que suavemente pasa por la pared se va encontrando con todos los obstáculos de la habitación: la mesa, la silla, la ventana. Cuando se encuentra con la pared de detrás de la cama oye ruido de pisadas. El miedo invade su cuerpo y se deja caer en el suelo pegada a la pared. Las pisadas se oyen al otro lado de la habitación donde supuestamente se encuentra la puerta del baño.

Los nervios invaden su cuerpo pero esta vez no llora de miedo sino de rabia. Se levanta y gritando gira alrededor de la cama.

- ¿Qué quieres de mi? ¿Por qué me tienes aquí encerrada? ¿Quién eres? -Sigue girando y gritando.- ¿Qué te he hecho yo para que me hagas esto? Como te coja te juro que te destripo, maldito cabrón.

Sin parar de vociferar coge la cama por el extremo inferior y la lanza contra la pared del fondo. Retrocediendo, ya sin cuidado alguno, se acerca hasta la mesa, coge la silla y la estrella en dirección a la puerta del armario. Levanta la mesa por un extremo y la vuelca. Se oyen los cajones y el contenido caer al suelo. Su furia no ha calmado.

- ¿Estás acojonado, verdad? No pensabas que pudiera tener tanta furia. Si eres un hombre da la cara. ¡Cobarde! -Pasea por la habitación en círculo mientras vocea.- Querías una princesita y te has encontrado con una campesina brava. Pues si te crees que me voy a acobardar lo llevas claro. Si quieres guerra la vas a tener.

Estando ella en frente de la puerta del baño observa y oye como la puerta de salida se abre. Sale corriendo hacia la sombra que se ve atravesar la puerta intentando alcanzarla antes de que se cierre la puerta. Cuando la sombra está a punto de desaparecer se lanza por los aires y con un pie empuja la puerta de forma que una pierna se ve golpeada, pero no atrapada, entre el marco de la puerta y la puerta. Al caer al suelo ella gime de dolor que se suma a un gruñido que se esconde ahora detrás de la puerta. Inmediatamente se encienden las luces y ella se tapa los ojos deslumbrada por el resplandor de la luz.

La habitación está destrozada. Mira alrededor de la habitación y encuentra la silla. Se acerca a ella y con furia la lanza una vez tras otra contra la puerta de salida hasta que se desmonta en cuatro partes: el respaldo, el asiento y un reposabrazos, el otro reposabrazos y las patas de la silla. Sigue lanzando el asiento y el reposabrazos hasta que se convierten en dos partes independientes. Se siente cansada. Se sienta en el suelo para intentar recuperar el aliento y cuando su ritmo respiratorio disminuye se da cuenta de que está magullada y herida. De las manos le brotan sangre y el pie derecho le duele a la altura del tobillo.

Se incorpora con gran esfuerzo pues se encuentra agotada y le duelen las heridas.

Continuará...

A aquellos que leeis esto

martes, diciembre 06, 2005

Menciones especiales

Como ya comenté en una entrada anterior éste último año ha sido estupendo y gran parte de los buenos momentos se deben a la gente con la que me he encontrado. Este mensaje va a todos esos individuos que día tras día me han aguantado desde hace un año. Desde aquí una mención especial a los 7 Magníficos: Yayo, Klaus, Edute, Alz, Isaac, Charro y Oso.

Otra aclaración importante. De las fotos que se pueden ver el autor de gran parte de ellas es el amigo Yayo. Un hombre que siempre tiene una perspectiva curiosa para las fotos, ¡ah! y un gusto exquisito para la música.

domingo, diciembre 04, 2005

¡Oh, princesa! (IV)

Al cruzar el quicio de la puerta se encontró con las paredes alicatadas del baño que brillan por las luces que se han encendido al entrar ella. Se acerca a la bañera que se encuentra en el centro del baño subida en un alto a tres escaleras del suelo. Mira el interior y alrededor y ve unos botones en el borde. La curiosidad puede con ella y empieza a pulsarlos despacio. De repente dos chorros de agua salen a presión por los orificios laterales de la bañera que la hacen retroceder dos pasos. Se acerca nuevamente para desconectar los chorros de agua.

Da una vuelta alrededor de la bañera y desde arriba observa que detrás de la puerta hay un armario con puertas de espejo de dos puertas. Con cuidado y calma se dirige a él e intenta abrir las dos a la vez. La de la derecha cede ante el esfuerzo pero la otra no, parece que esté condenada. En la otra observa que hay pequeños tarros de perfume con distintos nombres. Coge uno al azar y lee: "Aroma de océano". El bote es pequeño, lo abre y huele un poco el aroma que sale. El olor tiene un toque fresco pero a la vez fuerte. Cierra el botecito y lo deja donde estaba. Vuelve a intentar abrir la otra puertecita con las dos manos con más fuerza del armario pero sin éxito.

Se dirige al espejo que está encima del lavabo. En el espejo se puede ver una chica con ojos negros, melena morena y brillante más allá de los hombros. Aún lleva la ropa que llevaba cuando el tío ese la cogió por la calle. Las botas marrones con pelo y sin tacón, el pantalón vaquero rasgado en la rodilla derecha y en el muslo izquierdo, encima una minifalda vaquera deshilachada por los bordes, una camiseta de tirantes naranja y encima otra camiseta cd color negro que deja asomar la otra por los hombros y por un costado. El pelo lo tiene alborotado por haber estado en la cama. Encima del lavabo hay un vaso con un cepillo así que lo coge y se comienza a peinar. Empieza por arriba y termina por las puntas y cuando está a punto de terminar oye un ruido en la habitación. Sale corriendo en dirección a la puerta que había en la habitación pero se da cuenta de que la que se está cerrando no es la de la habitación sino la puerta interior del armario.

Cuando llega a la puerta ésta ya está cerrada y mira a través de la mira y observa el pasillo blanco. No se ve nada. El pasillo blanco con los cuadros sigue ahí, nada ha cambiado. Intuye que los cuadros siguen en su sitio pero no podría afirmar si son los mismo puesto que no es capaz de distinguirlos. Esta vez no grita, esta vez está tranquila. Se da la vuelta y vuelve a la habitación, se tumba en la cama y se queda dormida.

Continuará...

A mi por no fallarme nunca

Un año en imágenes

Ha pasado un año entero desde que me vine a vivir a Madrid. Muchas cosas han pasado y muchas espero que pasen en el futuro. Mientras tanto (y a petición de una mujer bellísima) he colgado algunas fotos. Sólo tenéis que visitar este link y echaros unas risas. Por favor, tened piedad en los comentarios. Un saludo.

sábado, diciembre 03, 2005

¡Oh, princesa! (III)

Se levanta de la mesa y observa a su alrededor. Se acerca hasta el armario y abre las puertas. El armario es una habitación cuadrada de un tamaño similar a la habitación con gran cantidad de puertas. Una luz se ha encendido al abrir las puertas y deja ver que el suelo está enmoquetado con una alfombra de color granate. La sorpresa invade a la chica que, desde la puerta, observa lo que a su alrededor hay. Puede ver varios espejos en los que se puede ver completa y espejos en los que puede ver sus pies. Cuenta siete puertas, tres a su derecha, tres a su izquierda y una en frente.

El asombro y el miedo no consiguen disuadirla de la curiosidad y se acerca a la puerta que tiene de frente. Es una puerta de madera lisa con un pomo, mira y cerradura dorados. Primero observa el otro lado a través de la mira y ve un largo pasillo de paredes blancas y cuadros colgados. El final del pasillo se hace inalcanzable a al vista. Intenta girar el pomo éste no cede.

La puerta que está al lado izquierdo de la que da a la habitación parece abierta así que se acerca y con precaución y miedo la abre con calma. La luz que se enciende la sobresalta y hace que retroceda dos pasos atrás. La luz ilumina muchos vestidos, pantalones y chaquetas que tienen pinta de ser caros. En el suelo del armario gran cantidad de pares de zapatos de disintos modelos pero todos ellos de tacones finos y altos.

De repente oye un ruido en la habitación, cierra bruscamente la puerta y sale corriendo hacia allí. Al llegar ve como la puerta se está cerrando corre hacia ella pero cuando llega ya se ha cerrado. Golpea la puerta con fuerza y furia y grita.

- ¡Cabrón! ¡Sácame de aquí!- solloza.- ¡Desgraciado! ¿Qué te he hecho yo? ¡Déjame salir! ¡Maldito cabrón! - comienza a llorar.

Tras varios minutos gritando y maldiciendo se deja caer derrotada frente a la puerta y apollada sobre ésta se queda llorando durante un largo rato, tras lo cual se dirige al baño para estudiar con mayor detenimiento qué hay.

Continuará...

No dejes de cantar María

La sala está a medio llenar. Me siento al fondo solo. El camarero se acerca y me pregunta qué quiero tomar, le respondo que una cerveza. Mientras el camarero vuelve yo observo a la gente. Un grupo de seis personas, cuatro chicos y dos chicas, que hablan y ríen sin parar. Hay enfrente de mi una pareja que se acaricia con dulzura.

La gente va llegando y Lucas sube al escenario. Coge la guitarra y la afina. Todo el mundo empieza a guardar silencia mientras se presenta.

- Hola, a todos y gracias por estar aquí. Para aquellos que por equivocación hayan entrado decirles que me llamo Lucas y que canto. Bueno, lo intento, a veces lo consigo y otras no.- Risas.

Empuña la guitarra y comienza acariciar las cuerdas sacando de ellas un sonido fuerte pero lastimero. Comienza a cantar y su voz, grave y profunda, comienzan a contar una historia. Me gusta la forma en que toca la guitarra, viaja por las cuerdas con agilidad y certeza. La canción termina y el público rompe en aplausos. Cuando veo que al escenario se sube una chica morena. Se descalza.

- Bueno, esta es María. Juntos hacemos Maluca.- La gente aplaude. - Este tema tiene ya algún tiempo pero para nosotros es muy especial.

Ella coge el micrófono y siguiendo la melodía de la guitarra con las manos marca el compás. Con la entrada de su voz en escena me recorre un escalofrío todo el cuerpo que me hace estremecer. Qué potencia de voz, qué fuerza y a la vez que dulce. Su voz me imnotiza. No consigo escuchas las letras. No entiendo lo que dice. Estoy extasiado con el sonido de su voz, me lleva a un mundo interior que no conocía dentro de mi. Recuerdo buenos momentos de mi vida, recuerdo malos momentos de mi vida.

Me siento a gusto, cierro los ojos y me dejo embelesar por la dulzura de su voz. Me lleva a un mundo bello. No siento confusión, todo está claro, sé lo que quiero.

Su voz ha dejado de sonar. Me despierto y todo el mundo está aplaudiendo me incorporo y me acerco a la chica que se está bajando del escenario y le digo: Hoy he aprendido a enamorarme de oido, gracias. No dejes de cantar María.